La iniciativa se tomó tras las peticiones de familiares de menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA), con recogida de firmas, y tras reunirse con distintos profesionales, grupos sociales y políticos para informarles de lo que el ruido y la detonación de este tipo de productos podía ocasionar a estos menores: brotes de ansiedad, estrés y miedo.
En estos días se hace especialmente necesaria la obediencia de esta normativa, cuyo incumplimiento, en ocasiones, produce un verdadero problema de convivencia.
Hacemos un llamamiento a la responsabilidad, recordando la existencia del régimen sancionador que la ordenanza contiene, y de la posibilidad del decomiso del material pirotécnico.
Enseñemos a nuestros menores a divertirse sin provocar molestias y daños a los demás.