Esta casa en Alanís de la Sierra, Sevilla, tiene más de 150 años, pero ha sido reformada y amueblada con cuidado y cariño, aunando su encanto rústico original y todas las comodidades modernas. Los muebles que posee son de estilo tradicional, con madera como protagonista, y se han buscado en paredes y complementos unas combinaciones de colores que resulten alegres y desenfadadas sin desentonar con el espíritu rural de la villa.
Puede alquilarse en su totalidad o por habitaciones. Son 16 plazas las que tiene, repartidas en 4 habitaciones de estilos y capacidades diferentes.
La habitación Azul está preparada para una o 2 personas, con una cama de matrimonio y cuarto de baño propio; ideal para parejas que valoran su intimidad y confort.
En la habitación Púrpura el número se amplía a 4 huéspedes, puesto que tiene una cama de matrimonio y 2 individuales, organizada pensando en una familia típica de pareja y 2 hijos. Situada en una planta alta, comparte el cuarto de baño existente en esta con otra habitación.
Un máximo de 4 personas es lo que admite la habitación Burdeos, en su cama de matrimonio y las 2 individuales que contiene. En esta habitación tenemos también un cuarto de baño privado.
Por último, está la habitación Albero, una habitación grande en el piso superior, con capacidad para 5 ocupantes en una cama de matrimonio y 3 camas individuales. Esta habitación comparte el cuarto de baño con la habitación Púrpura.
Todas las habitaciones tienen calefacción, además de mobiliario básico de dormitorio y una televisión.
Las habitaciones no son los únicos espacios de la casa, que cuenta también con zonas comunes de uso y acceso por parte de todos los huéspedes de las distintas habitaciones, en caso de que no se haya alquilado la casa completa.
El centro de la casa es el salón, un espacio hogareño donde triunfa la chimenea, rodeada de cómodo mobiliario y con una televisión de pantalla plana a su lado, para juntas convertir la estancia en el lugar perfecto para descansar, relajarse y comer.
La cocina se encuentra anexa al salón, y puede preciarse de su amplísimo tamaño y correcta distribución, que organiza a un lado el espacio de trabajo y al otro los electrodomésticos, con todo el menaje y vajilla accesible y a la vista.
En la planta baja tenemos, además, una recepción y un hall de entrada, donde registrarnos y obtener información sobre la zona, además de poder comprar productos típicos de la zona.
En el exterior hay una terraza con bar, con el mobiliario dispuesto en torno a un antiguo pozo y un jardín de árboles frutales. Hay también una zona de cine de verano, en la planta alta, para proyectar películas. En conjunto, es una casa donde no tendremos ningún problema en pasar una larga temporada.
