La actual Iglesia de San Sebastián se levantó en el Siglo XVIII, tras el derribo del templo anterior, que se encontraba en estado ruinoso, debido al terremoto de Lisboa de 1775, fue trazada por Pedro de Silva y ejecutada por alarifes locales, inaugurándose el nuevo edificio en 1778.

Fue construida en descampado, fuera del recinto amurallado y probablemente fue una ermita bajo la advocación del patrono de Marchena.

Su interior es de tres naves de la misma longitud y la techumbre aún conserva parte de la forja del artesonado de par e hilera de estilo mudejar.

El retablo principal es barroco, de mediados del Siglo XVIII.

La hornacina principal alberga una escultura del patrón, San Sebastián, del S. XVI.

La puerta de acceso a la Iglesia se abre en el muro izquierdo y está fechada en 1823.

A los pies de la Iglesia se levanta una torre del Siglo XVI, de ladrillo con dos cuerpos y chapitel decorado con azulejos.

En las naves laterales, podemos contemplar diferentes retablos barrocos entre los que destacamos el altar de cabecera del muro izquierdo en cuya hornacina principal aparece una escultura del niño Jesús, de vestir, con atributos de la pasión que data del S. XVI. Esa imagen forma parte de la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús y sale en procesión el Jueves Santo por la tarde.

En la nave del evangelio está la antigua capilla de la Caridad fundada en 1650 y que fue añadida a la Iglesia en la segunda mitad del S. XVIII.

Fue diseñada por Ambrosio de Figueroa y su tramo circular se cubre con una bella cúpula. Preside este sagrario un altar de cerámica, moderno, con imágenes de la misma

Las ricas yeserías que decoraban su interior se destruyeron con el incendio que sufrió en 1932.

Este edificio es uno de los ejemplos más singulares de la arquitectura andaluza por su extremado barroquismo.

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