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En la Sección de Nobleza del Archivo Histórico Nacional en Toledo, se ha encontrado una Real Cédula librada por el Rey Enrique III en Illescas a 4 de Febrero de 1394. Por lo que a ruego de D. Pedro Ponce de León V Señor de Marchena, Conde de Medellín, concedió una Feria a la Villa de Marchena de 15 días cada año, desde el 16 al 30 de Junio con la intención de repoblar La Villa.
Esta Feria se celebrará en Marchena hasta el año 1440, ya que en 1441 se trasladará a otro lugar del Señorío de Los Ponce de León, Mairena del Alcor, por petición de D. Juan Ponce de León, VI Señor de Marchena e hijo de D. Pedro y dada por Real Cédula librada por el rey Juan II en Palencia a 3 de Febrero de 1441.
Desde entonces y hasta el año 1836, no tenemos constancia que se haya celebrado ninguna Feria más. Durante los años 1836, 1837, 1838 se celebró la Feria los días 28, 29, 30 de septiembre. Y a partir de 1839 los días 1, 2, 3 del mismo mes, pues con este documento se ha demostrado que la Feria de Marchena es la más antigua de la Provincia de Sevilla.
Las primeras casetas se instalarían a finales del XIX, siendo las pioneras las del Círculo Liberal y el Conservador, situándose alrededor entre el manantial y la actual estación de Renfe. En torno a estas fechas se podía disfrutar de corridas de toros ubicándose la primera plaza de toros frente a la Iglesia de Santa María, en el solar del antiguo Palacio Ducal del que reutilizó sus materiales. Esta plaza quedó clausurada en el año 1924, siendo propiedad del empresario Carlos Muñoz.
En el año 2001 la feria pasó a celebrarse en la misma semana del Corpus, unificándola con las celebraciones de la "Velá del Corpus" y la salida en procesión del Corpus. En el año 2004 la feria volvió a modificarse para volver al calendario tradicional instaurandose en la última semana de agosto. El actual recinto ferial situado en los aledaños de la carretera de Paradas, está lleno de casetas, caballos, trajes flamencos, vestidos de faralaes, atracciones, alegría… y las tradicionales sevillanas marcheneras que luce con encanto nuestro Real, donde se puede disfrutar de la hospitalidad de los marcheneros a todo al que se acerca durante estos días.
