La Semana Santa de Marchena conserva bastantes elementos de siglos pasados ya perdidos en otros lugares, y está catalogada de Interés Turístico Nacional desde junio del año 2001.

La intensidad con que se vive la fiesta en la calle durante el año es un avance para la Semana de Pasión. Los actos y cultos unidas a las comidas cuaresmales en las que destaca la ausencia de carne, con platos como las espinacas con garbanzos, los dulces o el bacalao, jalonan toda la cuaresma.

Aquí la Semana Santa no ha cambiado mucho desde la visitaron los viajeros románticos del XIX, de ahí su autenticidad. Las Hermandades conservan la tradición de sus cuatro centurias romanas, los tres palios de plata, las piñas del “Dulce Nombre” o “Veracruz” y herencias medievales como la escenificación de la Pasión del Viernes Santo en “el Mandato” o el “Pregón del Ángel”.

Sus enseres y obras de arte son su patrimonio artístico, conservado con cariño y tradición, y unas maneras que se resiste a perder. La semana tiene sus propios sonidos: las saetas antiguas al estilo propio de Marchena: “cuartas”, “quintas”, “carceleras”, todo resumido y difundido por la primera Escuela de Saetas de España, que defiende con orgullo que ésta es una de sus cunas. Una Semana Santa llena de singularidades y con gran valor histórico y devocional.

El domingo de ramos se inicia con el lúgubre tañido de la hermandad de la Caridad para dar paso a la algarabía de la Hermandad de la Borriquita.

El miércoles Santo la hermandad de la humildad toma la calle escoltada por su Marcial Centuria y el sin fin de saetas de su escuela. El jueves santo sorprende con la alegoría de la Pasión de un Niño Jesús que carga con una cruz, único en sus características, escoltado por su propia centuria. La austeridad franciscana y el esplendor de plata en cruces y palio recorre el barrio antiguo, entre almenas y torreones.

Un sabor único acompaña a Jesús Nazareno desde su salida en la “madrugá” del Viernes Santo entre saetas, y a la luz de las estrellas hasta la mañana del “Mandato”, escenificación de la Pasión en la antigua “Plaza Arriba” con la lectura de la sentencia de Pilatos. Luego se vuelve negro y silencioso con el Cristo de San Pedro en la calle; sus nazarenos cantan saetas a su Cristo que se cobija en un originalísimo dosel, y el palio de plata de las Angustias cierra el cortejo del luto. La Soledad, imagen del siglo XVI, hace resurgir por unas horas la tradición ducal marchenera con la presentación institucional acompañada al Cristo Yacente.

Siete días de cofradías que tendrán su culmen el Domingo de Resurrección con lo que se denomina recorrer las estaciones en la que todo el pueblo con sus mejores galas visita las sedes canónicas de las hermandades en las que están expuestos los pasos y los titulares en besamanos y besa pies.

Imágenes
Cristo San Pedro
Miércoles Santo
Santo Entierro
Viernes Santo
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Soledad
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